sábado, 2 de mayo de 2009

El camino que no cesa.

Ayer caminé durante un tiempo indeterminado,
Nietzsche había vuelto a enredárseme en las piernas.

Caminaba a un ritmo pausado.

El mundo, que irrumpía por todos lados,
no era más que un cúmulo de fechorías encubiertas,
una pelota banal rellena de trozos de poliespán con formas humanas.

Mi caminar fue haciéndose más pausa que camino.

El hueco que inundaba mi capacidad de amar
se proyectaba hacia el exterior como un aliento omnipresente.

La pausa era tan larga que mi camino se perdía en ella.

Me detuve.

¿Será cierto, piernas, que no vale más la pausa
cuando del camino no se conocen la dirección, ni su término?

¿Será cierto, amor,
que no estás al final del camino?

El silencio se prolongó como una respuesta,
y sin respuesta, solo podía caminar para buscarla.

Ayer caminé durante un tiempo indeterminado.

1 comentario:

  1. Booochi!

    Dia incomprensible u.u!
    No he entendido nada...pero a lo mejor es por el exceso de caminata que he dado.


    !policromiacurvada¡

    *hug*


    B e s i n! { L }

    ResponderEliminar