sábado, 23 de mayo de 2009

Tormenta inválida.

Recuerdo aquella tarde
en que la tormenta fue tan útil:
sirvió para medir cuánto amor
cabía en nuestras carnes indistintas.

Hoy, que las carnes son
todas distintas, no acierto ya a saber
de qué sirve esta tormenta.

2 comentarios:

  1. Una tormenta crea una enorme confusion de sentimientos.

    Es mejor no hacerle caso.

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  2. Un acierto, el contraste entre carnes distintas e indistintas.

    Saludos


    por cierto, gracias por el comentario en "Dadá Madrid"; efectivamente, el poema pretendía ser onírico

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